Las cosas buenas no cambian
¡Hoy por fin la vi! Sí, a ella, amiga con la que compartí gran cantidad de momentos inolvidables. Hoy rememoramos muchos de ellos...aquellos viernes en los que nos plantábamos frente a la tele esperando impacientes el nuevo episodio de Hannah Montana. La espera la amenizábamos con la mítica pizza de atún y bacon o de jamón y queso, dependiendo de cual tuviéramos en la nevera. También recordamos aquellas canciones tan logradas, y muy originales, todo sea dicho, con las que nos abríamos a carcajada limpia (y aún lo seguimos haciendo).
Somos las mejores fans que puede tener la industria Disney. Nos sabemos Buscando a Nemo de memoria, si, de memoria. Ya estamos tardando en ir a ver la segunda parte de la entrega, Dory...¡prepárate! Y como Nemo muchas otras pelis... Somos (y estamos) tremendas ;)
Pero en el resumen de hoy me falta algo...¡Adrián! Nuestro secuad y fiel amigo. Que paciencia tiene el pobre... aún así nos quiere y lo sabe. Muchos de nuestros inventos, tonterías, canciones e historias iban dirigidas hacia el, se podría decir que es...una inspiración para nosotras.
Esta tarde recordé los viejos y maravillosos tiempos de la infancia. Entre por la puerta de casa con una sonrisa bien marcada, me sentí como nunca. Este es uno de los motivos por los que las cosas buenas no deberían cambiar nunca.
